¿Y por qué no? Desde mis inicios en
Linux he usado y probado distintas distribuciones. Todas tienen su aquel; todas tienen su encanto. Y por descontado todas tienen sus acérrimos defensores y detractores. Por mis manos han pasado (entre otras)
Debian,
Mandriva,
Gentoo,
Ubuntu y
Fedora, y son precisamente estas dos últimas a las que más tiempo y entradas he dedicado en el blog.
Ubuntu fue mi distribución de referencia durante muchos años y de un tiempo para aquí ha sido Fedora la que ha ocupado ese puesto de privilegio tanto en mi PC de sobremesa como en mis equipos portátiles (MacBook incluido).
Sin embargo siempre ha habido una distribución que se me ha resistido. Entre lo tremendamente satisfecho que estaba con las anteriores y la (ahora sé que errónea) sensación de pensar que no encontraría nada nuevo ni atractivo en
openSUSE, no sentía ninguna necesidad de probarla.
Pues bien, tras unas semanas de uso puedo afirmar, y espero no herir sensibilidades, que
openSUSE 11.4 es la mejor distribución GNU/Linux que he probado y probablemente no diste mucho de ser la mejor distribución disponible hoy en día para cualquier usuario de nivel intermedio e incluso para los más experimentados.
La primera sensación que tuve al empezar a trabajar con openSuSE es que tenía entre manos una distribución tremendamente seria y estable. Sin duda con más puntos en común con Fedora que con Ubuntu (eso para mí ya era un punto importante). Un sistema muy robusto y aparentemente óptimo para trabajar tanto a nivel usuario como a nivel empresa.
OpenSUSE 11.4 trae de serie tanto
GNOME 2.32 como
KDE 4.6, aunque este último como escritorio predeterminado (también viene
GNOME 3). Y es que sin duda gran parte de las buenas sensaciones que me deja openSUSE se la adjudico a la
maravillosa integración de KDE 4 y sus plasmoides con el sistema y con todo el software que he utilizado. Lo reconozco, siempre he sido más de GNOME. He usado KDE tanto en Fedora como en
KUbuntu pero ni de lejos el sistema me funcionaba con la estabilidad que me ofrecía GNOME. En openSUSE se acabaron problemas de estabilidad y se acabó esa sensación de "
qué bien pinta KDE 4 pero cuánto le falta". Funciona todo bien y visualmente es una delicia. ¿Se puede pedir más?
Además, si optas por instalar la versión en DVD, junto a otras muchas ventajas, tendrás todo el sistema y el software completamente traducido desde el principio, sin necesidad de descargas adicionales (algo que personalmente agradezco).
Por poner algún "pero", los tiempos de arranque y apagado del sistema son más lentos que los de Ubuntu, pero tampoco nada que resulte molesto.
Por si fuera poco funciona de maravilla sobre mi MacBook Pro. Cero problemas a la hora de configurar el sonido, habilitar los controladores de
NVIDIA o poner
Airport en funcionamiento. Además ya venía de serie el soporte para el touchpad: desde un primer momento funcionaba de manera óptima la función de dos dedos, el click derecho y las funciones habituales del multi-touch trackpad del Mac.
Lo reconozco... me he enamorado del camaleón verde :P
Descargar openSUSE 11.4
Más información